“Prostíbulo okupa” en Puerto Banús

“Prostíbulo okupa” en Puerto Banús

Un okupa se instala en un piso de alquiler turístico en Puerto Banús, convirtiendo la vivienda en un prostíbulo ilegal. Desde hace varios años, Silvia alquila su piso turístico ubicado en una exclusiva urbanización en Marbella a 1.500 € la semana.

Un okupa se instala en un piso de alquiler turístico en Puerto Banús, convirtiendo la vivienda en un prostíbulo ilegal.

Desde hace varios años, Silvia alquila su piso turístico ubicado en una exclusiva urbanización en Marbella a 1.500 € la semana.

El pasado 5 de junio de este año, la propietaria alquiló el único fin de semana de temporada que quedaba libre en la vivienda a un cliente que encontró a través de la plataforma Homeaway. Se trataba de una persona sin perfil identificable (sin fotografías ni reseñas).

Ella comenta: "Teníamos junio, julio, agosto y septiembre llenos y, como quedó ese fin de semana libre, decidí alquilarlo. Y vaya error: ahora hemos perdido toda la temporada. Debería haberme preocupado más por saber quién era la persona que me arrendaba el piso".

Cuando llegó el día 7, la fecha en la que le inquilino debería abandonar la vivienda, este le comunicó que no se marcharía alegando que no tenía dinero ni dónde dormir y que Homeaway había congelado su dinero en su tarjeta para la fianza.

 

Okupación del piso

El inquilino conocía la Ley de Arrendamientos Urbanos y sabía que, tras instalarse en la casa, solo podía ser expulsado por un juez tras un procedimiento largo que puede durar meses.

Silvia se planteó cortarle los suministros, pero su abogada le aconsejó que no lo hiciera porque el juez podría entenderlo como una coacción.

La situación comenzó a empeorar cuando el okupa introdujo a un perro en la vivienda. Esto estaba prohibido, pero además, “esta persona decidió sacar los muebles a la terraza y su perro comenzó a defecar y a orinarse en el bajo de su vecina. "

En vano, Silvia intentó negociar con su inquilino okupa mientras presentaba una denuncia en la comisaría de la Policía Nacional.

 

La okupación empeoró: “Prostíbulo okupa”

Semanas después de que se produjera la okupación, cuatro mujeres se instalaron también en la vivienda para ejercer la prostitución ilegal.

Esto causó graves problemas a los vecinos y Silvia buscó apoyo en la plataforma Homeaway. Esta se desentendió y tuvo que pedir ayuda a Airbnb.

Ahora Silvia tiene miedo de las posibles represalias que puede tomar su inquilino: "Me han dicho que es peligroso y que podría estar operando como una mafia teniendo más pisos.", dice la mujer. "Él ha puesto dos denuncias por coacciones a otras personas y ya me han dicho que no le corte la luz, no vaya a ser que me denuncie. También me ha dicho la Policía que ni se me ocurra entrar en mi domicilio, porque me puede denunciar por allanamiento de morada".

 

Lo único que puede hacer la propietaria es esperar a que el juez que se encarga del caso acelere los plazos.

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Categoría: Actualidad y Noticias

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