¡Trucos para ahorrar energía en casa!
El ahorro energético es un concepto muy importante, tanto a nivel de ahorro para la familia como para cuidar el medio ambiente: el cambio climático amenaza a nuestro planeta y una de las causas principales es el uso y derroche de los recursos energéticos.
El ahorro energético es un concepto muy importante, tanto a nivel de ahorro para la familia como para cuidar el medio ambiente: el cambio climático amenaza a nuestro planeta y una de las causas principales es el uso y derroche de los recursos energéticos.
Debemos ser conscientes de realizar un consumo responsable.
En este artículo te damos algunas ideas para ahorrar energía en el hogar.
Iluminación
El primer paso para ahorrar en la iluminación es aprovechar al máximo la luz natural cuando estemos en casa.
En cuanto a la luz eléctrica, se aconseja utilizar bombillas LED o de bajo consumo y asegurarnos de apagar las luces en las habitaciones vacías (la luz representa el 20% del gasto de energía en la mayoría de los hogares).
Un truco es analizar las necesidades lumínicas de cada habitación y adaptarla en función de las mismas. Por ejemplo, aplicando colores claros en techos, paredes, cortinas y persianas para garantizar más luminosidad.
Por otra parte, manteniendo limpias las lámparas con frecuencia evitaremos que el polvo y la suciedad resten luz.
Electricidad
Tener ajustada la potencia contratada al mínimo necesario es fundamental. Esto se puede calcular sumando la potencia de los aparatos y valorando aquellos que se usen más.
Además se puede reducir el consumo de los aparatos eléctricos:
-Desenchufando los dispositivos siempre que sea posible (ordenador, televisión, portátiles…)
-Desconectando el stand-by de todos los aparatos. Es lo que se llama el consumo silencioso. Son aparatos que no están encendidos pero tampoco apagados.
-Desenchufando los cargadores cuando no estén en uso.
Y también podemos apostar por tarifas con discriminación horaria.
Electrodomésticos
Hay una serie de medidas para conseguir dicho ahorro: usando electrodomésticos de máxima eficiencia y haciendo un uso comedido de ellos, por ejemplo:
-Colocar el frigorífico en un lugar fresco y ventilado y evitar abrir y cerrar constantemente las puertas.
-No introducir elementos calientes en el frigorífico.
-Poner programas cortos en el lavavajillas.
-Evitar el secador de pelo.
-Poner la lavadora a carga completa.
-Apagar el horno antes de finalizar la preparación del plato, aprovechando el calor acumulado.
-Planchar grandes cantidades de ropa para ahorrar calentamientos de la plancha.
Agua
El agua caliente consume gran parte de energía en nuestras viviendas y en ocasiones se puede prescindir de ella, por ejemplo, lavando la ropa y los platos con agua fría o tibia.
Pero evidentemente, necesitamos del agua caliente en ciertos momentos y para conseguir que sea más económica tenemos algunas soluciones, como instalar un calentador solar de agua.
En cuando a las duchas, lo recomendable para el ahorro es que sean cortas. Asimismo existen mangos de ducha de bajo consumo.
Aire acondicionado y calefacción
Regular el consumo y la temperatura de los aparatos de refrigeración también marca una notable diferencia en el ahorro.
Una temperatura razonable para mantener en la vivienda oscila entre 19 y 21 grados y un poco más baja en los dormitorios.
Los expertos recomiendan regular la calefacción en una temperatura constante de 20 grados en invierno y el aire acondicionado entre 24 y 26 grados en verano (y limpiar los filtros del mismo con frecuencia).
Cuando no estemos en casa no es conveniente dejar encendida ni la calefacción ni el aire acondicionado y deben apagarse unos veinte minutos antes de abandonar la vivienda.
Aislamiento
Controlando las posibles fugas de aire se conseguirá un consumo de energía eficiente.
Si no es posible hacer una reforma en la vivienda para obtener un buen sistema de aislamiento entonces hay que asegurarse de sellar bien las puertas y ventanas.
Colocando en las ventanas un doble cristal se conseguirá una medida de ahorro muy eficiente.
Cortinas y alfombras
Tanto el frío como el calor se transmiten a través de las ventanas y suelos. Las cortinas y alfombras, además de objetos decorativos, pueden ayudar a ahorrar energía, por ejemplo, guardando el calor durante el invierno. Además, las cortinas en verano ayudan a mantener fresca la casa.
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