FILOSOFÍA SLOW GARDEN

FILOSOFÍA SLOW GARDEN

El slow garden o jardín lento encierra conceptos paisajísticos universalmente reconocidos como el del jardín japonés, en el que se utilizan criterios compositivos, de perspectivas visuales e, incluso, matemáticos.

Las nuevas tendencias en el diseño de espacios exteriores apuntan a las emociones mediante composiciones que fomentan el crecimiento sensitivo y personal.

¿Qué es el slow garden?

El slow garden o jardín lento encierra conceptos paisajísticos universalmente reconocidos como el del jardín japonés, en el que se utilizan criterios compositivos, de perspectivas visuales e, incluso, matemáticos. También cuenta con influencia del feng shui, que basa su técnica en el estudio de los flujos energéticos y, por último, del jardín griego, basado en las relaciones humanas y en el intercambio.
Aplicar el slow garden a esta disciplina artística implica diseñar jardines cuyo objetivo principal es la búsqueda del crecimiento óptico, sensitivo y personal a través de la interacción con los elementos que lo componen, tanto a nivel dinámico (cuando el paseante se mueve) como estático. A diferencia de otro tipo de técnicas, esta centra la atención en el jardín y evita la distracción haciendo posible que uno mismo sea el protagonista indiscutible del espacio, posibilitando así la generación de tiempo que se traduce en disfrute y relax. Además, esta interacción entre el jardín y la persona ayuda a equilibrar las energías generando lucidez, lo que favorece la toma de decisiones.
En definitiva, esta filosofía consigue extraer los atributos positivos de cada persona aplicándolos a sus propios espacios, únicos e irrepetibles. De esta forma, la tipología de jardines basados en el concepto slow garden parte de la idea de que la influencia de las emociones activa patrones curativos en las personas ya que estos espacios son espejos en los que el paseante se ve reflejado, e interactúan con el ofreciéndole escenas que necesita ver o vivir.
Un hogar slow crea una gran conexión con la naturaleza y el entorno. Todo gracias a un diseño que te integra en un ambiente positivo y mejora tu estado de ánimo. Es una idea que se puede aplicar en todas las estancias de  casa, pero los jardines pueden ser el gran reflejo de esta disciplina artística.


¿Cómo crear tu slow garden?
Para conseguir tu jardín slow garden, hay ciertos aspectos que debes tener en cuenta y aplicar en tu espacio. Aquí te dejamos algunos de los consejos más básicos.


Un jardín no estacional
El primer paso es pensar que debes crear un jardín que se adapte a todas las estaciones del año. De esta forma, podrás disfrutar de tu slow garden en cualquier época y aprovecharlo al máximo.


La personalización
Una de las características de esta filosofía es el protagonismo de uno mismo en la historia. Tu personalidad debe verse reflejada en tu jardín, así te sentirás cómodo, y podrás encontrarte a ti mismo y conectar con la naturaleza.


La estructuración
Antes de empezar a elaborar el diseño de tu jardín, recuerda que debes combinar las zonas de densa vegetación con las zonas áridas y los humedales. Así, conseguirás un espacio armónico donde podrás dejarte llevar por las sensaciones.


Los aromas
Cuida los olores del jardín y asegúrate de que desprende un buen aroma. Piensa que es un lugar en el que pretendes relajarte y desconectar de la rutina para conectar contigo mismo. Así que si estás todo el rato pensando en cómo huele, no lo conseguirás.


Materiales novedosos
Los elementos que añadas a tu jardín también son importantes. Escoge objetos decorativos con acabados de agua y piel, o de cuero negro, para conseguir crear el efecto slow. 


Las plantas
 Para crear tu jardín, selecciona aquellas que combinan mejor y se identifiquen con un espacio slow. Algunos ejemplos son: el musgo, los helechos, el magnolio soulangeana, las clemátides, los tilos y la hortensia malva. 

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Categoría: Tendencias, diseño y hogar

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